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domingo, 8 de diciembre de 2013

Nuestra receta

Lamentablemente esta no es una receta científica, mejor la clasificaríamos como aconsejable. Son ciertas pautas que si las seguimos probablemente conseguiremos buenos resultados. Muchas gracias por participar con nosotros en este programa, y recordad que siempre estamos dispuestos a atenderos en el centro.

Los tres ingredientes principales y básicos son  empatía , sentido común y sobre todo mucho, mucho amor :   ponerse siempre en el lugar de su hijo, llegar a sentir como siente él ,( empatía ) tratar de ser lógico, no dejarse llevar por el dramatismo, ni por los demás, ser consecuente ( sentido común) , y sobretodo  quererle, pero quererle… sin condiciones, ( amor, puro y duro, el más difícil pero el mejor, el amor  a los hijos)

Otros ingredientes:
 Toneladas de:
- de información
         Informe a su adolescente y manténgase informado : La adolescencia es a menudo una época para experimentar y a veces esto incluye comportamientos arriesgados. No eluda los temas relacionados con el sexo, las drogas, el alcohol y el tabaco; conversar con su hijo abiertamente sobre estos temas antes de que se vea expuesto a ellos aumenta las probabilidades de que su hijo actúe de forma responsable cuando llegue el momento.
     Kilos de:
-  de Respeto  a su privacidad:
Para algunos padres esto es algo muy difícil. Creen que todo    lo       que hacen sus hijos es asunto suyo.
         Si existen señales de alerta que indican que puede haber problemas, usted se podría ver obligado a invadir la privacidad de su hijo hasta que llegue al fondo del problema, pero de lo contrario,          manténgase al margen.
         Respete su espacio. El dormitorio de un adolescente y sus       llamadas telefónicas , mensajes, emails, deben ser algo privado y    no hay necesidad de compartan con uno de sus padres todas sus          ideas o actividades.
         Kilos de…
- Supervisión pero sin tercer grado:

         Todos los niños, adolescentes o no, requieren supervisión de los padres y usted tiene derecho a saber dónde estará su hijo y qué hace. Pero no espere que le dé todos los detalles ni que lo invite a ir con él/ella.
Establezca la costumbre de que explique con quien sale y donde         podríamos buscarle en caso de necesidad. Batería del móvil,         contestarlo.
         Respetar su intimidad y sus silencios, sin intentar hacerle hablar de     algo que no quiera. No presionarlo y mantenerse receptivos para que el joven sepa que puede contar con el apoyo de los padres.
         Mucha cantidad de…
- Escucha activa :  escuchar  con atención lo que quieren explicarnos o preguntar. Cuando hable con él, concéntrese en lo que dice. Hágale alguna pregunta sobre lo que explica para demostrar que realmente se quiere enterar bien. Y sobretodo nunca diga “ ahora no tengo tiempo”.
         Hablar también de lo que les interesa a ellos. Dar tiempo para   abordar los temas que nos interesan a nosotros.

Una pizca de…
- establecer de antemano reglas apropiadas: Sepa ceder y ser flexible. Si su hora de llegada no es la que el quiere, trate de negociar. Si se porta bien,  el aumentar la hora de llegada puede ser un premio. Tenemos que fijar normas y límites pero a través del diálogo para que nuestros hijos acepten y asuman compromisos. Tenga previstas las sanciones
- Crítica + elogios En primer lugar, la crítica y la corrección debe combinarse con el uso frecuente de elogios. Es decir, debes ser capaz de ver también lo que tu hijo hace bien y decírselo. Por muy desastre que te parezca tu hijo, seguro que tiene también valores positivos que debes esforzarte en reconocer.  Además es necesario corregir con mucho cariño. Por tanto la crítica debe ser  serena y ponderada, sin precipitaciones y sin apasionamiento. Cuidadosa, sin ironía, sin sarcasmo, como se corrige a un amigo.
Otro poco de…
- Tomarlos en serio, no tratarlos como seres inferiores que explican cosas de las que estamos de vuelta.

- No sermonear… No aprovechar  cualquier  ocasión para soltarles “el mismo rollo”.
- No hacer comparaciones. Es importante evitar, tanto cuando les hagamos propuestas como cuando los censuremos, ponernos a nosotros mismos como modelos ("A tu edad yo...") o poner como ejemplo a otras personas ("Mira tu hermano como..."). Es injusto, ofensivo y un camino seguro para conseguir su animadversión. En todo caso compáralo con él mismo ("Seguro que lo conseguirás, como cuando hiciste...").

No se olvide de:
- Libertad  según responsabilidad A mayor responsabilidad, mayor autonomía, y ante faltas de responsabilidad, restricciones de autonomía. Si le engaña o falta a sus compromisos, no le grite ni le riña. Explíquele con toda la calma de que sea capaz, que ha faltado a nuestra confianza, por lo cual tendrá menos autonomía hasta que demuestre que es digno de confianza
- Explique siempre porqué.Siempre que pida a su hijo que haga algo, explique por qué se lo pide. No use expresiones como "porque lo digo yo" o "porque sí".
- No dude siempre. Deje que se explique. Dar  crédito a lo que dice salvo cuando tenga evidencia de lo contrario

         Espolvoree con…
- El perdón cuando sea necesario. Usted puede perdonar y también pedir perdón, eso no le hace más pequeño ante sus ojos sino más grande.
- Tiempo, para él, para los dos. El debe ser lo más importante. Compartan alguna actividad ( acompañarle a partidos, o actividades extraescolares, ver la fórmula uno, escuchar música, ir de compras, etc..meterse un poco en su mundo…)
- Compartir alguna preocupación personal con su hijo y pidiéndole su opinión (temas al alcance de su nivel madurativo: problemas de trabajo, de salud...) puede facilitar la comunicación entre ambos.
Y el toque final para conseguir un buen resultado

Asegurarle nuestra cercanía y afecto incondicional, independientemente de sus logros y comportamiento. El adolescente también necesita sentirse seguro y querido por sí mismo. No de por supuesto que su hijo lo sabe, se puede expresar también físicamente cuanto le  quiere, con abrazos,  o besos, independientemente de la edad que tenga. Especialmente : Quiérale… dígaselo y demuéstreselo-
Recuerde que eso es lo único importante para que su hijo sea una persona feliz…y recuerde que ese tiene que ser nuestro objetivo como padres…
¡¡¡ No lo olvide nunca!!!


Menéndez, I. "Educación para adolescentes" psicoPedagogía.com. La página revisada por última vez el 8 de diciembre del 2013. <http://www.psicopedagogia.com/educar-adolescente>



Qué hemos cambiado


1.        ¿Cuáles son tus puntos fuertes?


2.      ¿Y tus puntos de mejora?


3.      ¿Cómo crees que te ven los demás?


4.      ¿Qué es lo que valoran de ti?


5.      ¿Conoces a tu hijo? ¿Sabrías decir en que destaca?


6.      ¿Podrías decir cinco nombres de sus mejores amigos?


Caso práctico para la evaluación


A continuación les presentamos un caso práctico. Se trata del diálogo de una madre, llamada Susana con su hijo David. Tras su lectura, podrán comprobar mediante las breves preguntas que les planteamos, si las actividades que hemos propuesto previamente, les han servido para mejorar tanto su autoconcepto, como el de sus hijos y la comunicación existente entre ustedes.


David es un chico de 14 años, responsable y muy alegre. Hace dos día que los padres han notado que a David le pasa algo, ya que su actitud es casa es distante, fría y David está mostrando una actitud defensiva en cuanto le preguntan sus padres si le pasa algo.
Lo que no saben sus padres es que el otro día en el colegio, durante la clase de educación física, un compañero de su clase le dijo que “corría como una niña”; a David, este comentario le afectó negativamente ya que al resto de compañeros el comentario les hizo gracia. Al terminar esta clase, a actitud de sus compañeros no había cambiado en absoluto y todos le seguían tratando igual. Sin embargo, David no era capaz de olvidar este comentario.
                                                            


·         ¿Qué harías tú como padre? ¿dejarías pasar el tiempo sin preguntarle y esperar a que vuelva a ser como siempre? ¿le preguntarías si le ha pasado algo?
·         ¿Te pondrías en contacto con el centro? ¿ Te entrometerías en la vida social de David?



Cuestionario para realizar con los hijos



1. ¿Cómo piensas que tus padres juzgarían tu capacidad escolar comparándola con otros/as alumnos/as de tu edad?
1.            ENTRE LOS/AS MEJORES
2.            POR ENCIMA DE LA MAYORÍA
3.            ENTRE LA MAYORÍA
4.            POR DEBAJO DE LA MAYORÍA
5.            ENTRE LOS/AS PEORES


2. ¿Dónde crees que tus padres te situarían en tu nivel de estudios?
1.            ENTRE LOS/AS MEJORES
2.            POR ENCIMA DE LA MAYORÍA
3.            ENTRE LA MAYORÍA
4.            POR DEBAJO DE LA MAYORÍA
5.            ENTRE LOS/AS PEORES

3.  ¿Crees que tus padres piensan que tienes la capacidad suficiente para poder terminar tus estudios?
1.           SI, ABSOLUTAMENTE
2.           SI, PROBABLEMENTE
3.           NO ESTOY SEGURO/A
4.           PROBABLEMENTE NO
5.           NO CON SEGURIDAD

4.  Para hacer estudios universitarios (ingeniero, médico, abogado...) es necesario hacer Bachillerato. ¿Crees que tus padres piensan que tú eres capaz de terminar estudios universitarios?
1.           MUY PROBABLEMENTE
2.           CON BASTANTE PROBABILIDAD
3.           NO ESTOY SEGURO
4.           CON POCA PROBABILIDAD
5.           NO CON SEGURIDAD

5. ¿Qué tipo de notas crees que tus padres piensan eres capaz de obtener?
1.            MAYORÍA DE SOBRESALIENTES
2.            MAYORÍA DE NOTABLES
3.            MAYORÍA DE BIEN
4.            MAYORÍA DE SUFICIENTES
5.            MAYORÍA DE INSUFICIENTES

6. ¿Crees que tus padres valoran tu esfuerzo?
1.            SIEMPRE
2.            CASI SIEMPRE
3.            A MENUDO
4.            CON POCA FRECUENCIA
5.            NUNCA

7. ¿En qué grado influyen los comentarios de tus padres en ti?
1.            MUCHO
2.            BASTANTE
3.            NO SUELO TENERLOS EN CUENTA
4.            NUNCA ME AFECTAN

8. Mis padres ven mis debilidades como puntos de mejora o como condicionantes que no se pueden cambiar?
1.            LOS VEN COMO PUNTOS DE MEJORA
2.            A MENUDO ME AYUDAN A MEJORARLOS
3.            CREEN QUE NO LOS PUEDO CAMBIAR, Y NO HACEN NADA
4.            ME REPROCHAN QUE TENGA ESAS DEBILIDADES.





García Castro, J.L. "Cuestionario autoconcepto (SC3) ¿Qué opinan tus padres de ti? para ESO opinan tus padres de ti? para ESO" Adaptación del cuestionario de Coopersmith. Página revisada el 8 de diciembre de 2013  

domingo, 1 de diciembre de 2013

Rellena el siguiente cuestionario, así reflexionaremos de manera más profunda sobre el tema que tratamos:




Soy...
(+) 1.
(+) 2.
(+) 3.

Me gustaría ser más...
1.
2.
3.

Porque reconozco ser..
(-) 1.
(-) 2.
(-) 3.

Mi hijo piensa que soy....
1.
2.

3.

Dime, ¿qué ves?



Proposición de un reto...

Hoy te invitamos a que cuando tengas un rato, completes estas frases; si quieres puedes pedirle a tu hijo que también las rellene y luego compartir las respuestas entre los dos:


1. Una de mis emociones que me cuesta aceptar es...
2. Una de mis conductas que me cuesta aceptar es...
3. Uno de los pensamientos que tiendo a alejar de mí es...
4. No me perdono...
5. Uno de los aspectos de mi cuerpo que me cuesta integrar es...
6. Si me perdonara...
7. Si yo aceptara mi cuerpo...
8. Si aceptara mejor mi pasado...
9. Si aceptara mejor mis sentimientos...
10. Si fuera más honesto acerca de mis deseos y necesidades...
11. Si tuviera más en cuenta sanamente a los otros...
12. Lo que me asusta e impide aceptarme a mí mismo es...
13. El beneficio de no aceptarme podría ser...
14. Comienzo a darme cuenta de que...
15. Comienzo a sentir...
16. A medida que aprendo a autoaceptarme...


 Webgrafía:
Taller para padres o autores. "Ayudándonos a promover la adaptación saludable de nuestros adolescentes" Sesión 2 (fichas 8 a 13) <http://www.msssi.gob.es/ciudadanos/proteccionSalud/adolescencia/docs/Ado4_2.pdf>

Influencias de los padres

Hoy te invitamos a que leas este texto y que te quedes con lo que más te ha llamado la atención:

Todos, querámoslo o no, tenemos una influencia, positiva o negativa, en aquellos con quienes convivimos, sobre todo en nuestros hijos, para quienes solemos ser figuras significativas por excelencia. Es el efecto Pigmalión: cuando nos relacionamos con una persona, le comunicamos las esperanzas que abrigamos acerca de ella, las cuales pueden convertirse en realidad; las expectativas que una persona concibe sobre el comportamiento de otra pueden convertirse en una "profecía de cumplimiento inducido". Los padres son para sus hijos espejos psicológicos a partir de los cuales ellos van construyendo su propia imagen. Desde que nace, el hijo se mira en sus padres y va aprendiendo lo que vale por lo que siente que ellos le valoran. Si tú, padre o madre, crees de verdad que tu hijo es "más torpe que los demás" y que "no tiene iniciativa", le comunicarás, aún sin pretenderlo, estas expectativas negativas a través de tus gestos y de tus palabras. No te extrañe, pues, que tu hijo acabe comportándose torpe y sin maña. Por el contrario, si eres una persona que confía en su hijo y estás convencido de que puede crecer y mejorar, tu "espejo" le infundirá confianza y seguridad en sí mismo, y tu hijo asimilará positivamente tu mensaje: "Puedes hacerlo si lo intentas seriamente... Verás cómo lo consigues". Aprenderá a confiar en sus propios recursos y en sí mismo.


 Webgrafía:

Taller para padres o autores. " Ayudándonos a promover la adaptación saludable de nuestros adolescentes" Sesión 2 (fichas 8 a 13) <http://www.msssi.gob.es/ciudadanos/proteccionSalud/adolescencia/docs/Ado4_2.pdf>

Consejos

No basta con querer a nuestros hijos; es necesario que ellos se sientan queridos y valorados. Hay, pues, que expresárselo, verbal y no verbalmente, con claridad meridiana. Si hacen algo bien, hay que reconocérselo y animarles. Si hacen algo mal, también hay que decírselo (pues la mentira es enemiga de una autoimagen sanamente positiva), corrigiendo sus fallos serenamente y sin descalificar a su persona (no confundir un error puntual con una característica de la personalidad). Nuestras críticas deben ser constructivas.

Debemos esperar de nuestros hijos lo mejor que puedan de sí; creer de veras en su capacidad para el bien y la verdad; proponerles metas elevadas, para que tengan que esforzarse y descubran su capacidad de mayor rendimiento, pero también accesibles a sus posibilidades reales, y respetando su ritmo de maduración, para que no se desanimen; proporcionarles oportunidades de que, con sus talentos y habilidades, puedan experimentar el éxito.

No abrumar al hijo con alabanzas desmesuradas e infundadas, que pueden hacerle creer que es un ser superior y propiciar una dependencia morbosa de la aprobación de los demás. Esa hipervaloración y esa dependencia le dejan indefenso ante la crítica y la desaprobación que, tarde o temprano, encontrarán fuera del ámbito familiar.

No proyectemos en nuestros hijos nuestros propios temores y experiencias negativas. Hay que intentar que nuestro hijo no se vea "predestinado" a curar nuestras frustraciones o a cumplir nuestras esperanzas. Debemos aceptar a nuestro hijo con sus ideas y actitudes y dejarle tener las experiencias a él. Analicemos nuestros propias ideas y temores y reflexionemos si hay alguna que pueda ser "irracional", fruto de alguna experiencia dolorosa que el muchacho no tiene por qué pasar. Esa idea es la que no tenemos derecho a intentar "colar" a nuestro hijo sin que él nos lo haya pedido ni sus experiencias nos lo hayan hecho necesario transmitir. Si podemos darle consejos o contarle nuestras experiencias, pero nunca de forma categórica ni estableciendo reglas ("todo el mundo es así", "nadie te va a ayudar", "no te fíes de nadie", etc.)

Esforzarnos en crear en nuestro hogar un ambiente caracterizado por:

      LIBERTAD de equivocarse, para que nuestros hijos aprendan a tomar decisiones por su cuenta, sin miedo a que les rechacen o les humillen. Al hijo hay que darle oportunidad de que manifieste su capacidad de decisión, su posibilidad de equivocarse, su riesgo a errar en sus criterios, porque sólo eso le llevará a la madurez. Hay que admitir la competencia del hijo mientras no demuestre lo contrario.

  DISCIPLINA, porque se ha comprobado que los jóvenes educados en un entorno excesivamente permisivo suelen tener menos autoestima que los formados en un entorno razonablemente estructurado, firme, exigente y, a la vez, cordial.

    RESPETO visceral hacia la persona de nuestro hijo, porque, si le tratamos con verdadero respeto, su autorrespeto aumentará, y él aprenderá a respetar a los demás. Ello supone que nunca el padre o la madre hable en lugar del hijo, que nunca suplanten al hijo en decisiones que puede tomar por sí mismo, ni impongan lo que ha de hacer, decir o pensar, ni invadan el campo de lo que ha de hacer el hijo.

      ACEPTACIÓN de los aspectos positivos y negativos propios y de los demás.







Webgrafía:


Taller para padres o tutores. "Ayudándonos a promover la adaptación saludable de nuestros adolescentes" Sesiones 2 (fichas 8 a 13)  Revisada la página el 1 de diciembre del 2013 <http://www.msssi.gob.es/ciudadanos/proteccionSalud/adolescencia/docs/Ado4_2.pdf>